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Como ya lo habíamos mencionado en el artículo de salud, la preparación mental es fundamental para el desempeño en la cancha. 

Un deportista profesional sabe comportarse afuera y dentro del juego, la disciplina y entrega al deporte se ven reflejados en sus actitudes. Aunque existen personas que pierden piso con la fama, hay quienes mantienen los pies sobre la tierra y destacan por su permanencia en el medio deportivo. Como ejemplo claro está Nicol David, que desde el 2006 ha permanecido en el primer lugar del ranking mundial de WSA.

Aquellos a quienes la fama les nubla el panorama, sobresalen sólo unas cuantas temporadas y se pierden en poco tiempo, es por eso que se deben evitar actitudes antideportivas adentro y afuera de la cancha. Entrenadores profesionales han recomendado a sus jugadores no olvidar sus principios y valores,  pero sobre todo ponerlos en práctica. 

Algunas actitudes antideportivas del squashista son:

1) Acaparar la bola durante el calentamiento.

2) Discutir constantemente con el árbitro. 

3) No poner atención a la marcación y exigir la corrección de un marcador sin estar seguro.

4) Continuar el juego aunque ya haya rebotado por segunda vez la bola.

5) Golpear al oponente con la raqueta o la bola intencionalmente.

6) Provocar al oponente con contacto físico permanente.

7) Obstruir constantemente el paso del contrincante. 

8) Insultar verbalmente al oponente, al árbitro o cualquier persona presente durante el juego.

9) Aventar la raqueta o la bola desquitando el enojo dentro de la cancha.

10) Buscar al oponente después de juego o en los descansos para retarlo verbal o físicamente fuera de la cancha. 

11) Maltratar las instalaciones del lugar donde se está jugando. 

12) Retirarse o no presentarse sin previo aviso a un juego al que ya estaba inscrito.

13) No respetar los tiempos pactados por los organizadores o entre jugadores. 

 

Como jugador evita perder la cabeza, es preferible que seas reconocido por tu entrega y pasión por el juego, en lugar de ser recordado por pleitos y escándalos. Un buen squashista destaca por sus resultados, los cuales que hablarán por sí solos.