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Desde tiempos memorables el hombre acude a la meditación para entrenar la mente y para lograr alcanzar un estado de plena consciencia para su bienestar. Para ello se puede invocar o cultivar algún sentimiento interno o bien se puede concentrar en algún punto focal en específico. Sin embargo, la meditación muchas veces sólo es vista como una práctica limitada a aspectos religiosos; mas, sus beneficios pueden ser altamente enriquecedores para todos aquellos que hacen algún deporte, como el squash.

Investigaciones recientes demuestran que el desarrollo del cerebro puede mejorarse través de la práctica de la meditación. Por ejemplo, de acuerdo con un estudio del Diario Internacional de la Neurociencia realizado en 1981, cuando las diferentes partes del cerebro están mejor integradas pueden trabajar más armoniosamente, es decir, el cerebro está más sano. Esta integración cerebral está asociada con una mayor capacidad de razonamiento, estabilidad emocional y disminución de la ansiedad.

Dicha integración del cerebro es vital si se considera que el entorno y las circunstancias siempre están en constante cambio, como en un partido de squash, por eso tener un cerebro flexible e integrado permitirá evaluar dónde se está, qué se quiere ser, así como los pasos necesarios a seguir para alcanzar un objetivo.

La meditación mejora la capacidad de concentración y la claridad de acuerdo con las personas que lo investigas y lo practican. Este procedimiento enfocado al deporte, busca relajar el cuerpo de los atletas y a la par incrementar la habilidad de enfoque. Con ello se alcanza un balance entre la mente y el organismo, pues permite que haya una mayor fluidez. Aumento en la concentración y en la resistencia, así como liberar la tensión y hasta mejorar las relaciones interpersonales, son tan sólo algunos de los beneficios que trae consigo este tipo de ejercicio cerebral.

Para meditar existen varias técnicas, pero quizás las más conocidas son tres: Meditación respiratoria, meditación de mantra (o trascendental) y visualización. La primera consiste en controlar la respiración a voluntad con períodos para inhalar y exhalar a fin de enfocarse en esta acción natural del cuerpo. La segunda se realiza estando en una posición cómoda donde no haya distractores para que la persona que va a meditar repita un sonido, palabra o frase que sugiera logro o bienestar. Y la última como su nombre lo dice, visualiza un propósito que se quiere alcanzar o mejorar.

Por citar un ejemplo, el equipo femenil de squash de Hartford en Connecticut Estados Unidos, el cual es considerado como el número tres de esa nación, ha utilizado la meditación trascendental. De acuerdo con las entrenadoras que la implementaron en octubre de 2009 como parte del programa de entrenamiento, a los siete meses de que iniciaran con esta técnica, las jugadoras estaban más calmadas y más concentradas que cuando empezaron; hecho que les permitió manejar mejor los retos que se les presentaron en ese año.

Así la meditación se convierte en otra herramienta más que valdría la pena que se tomara en cuenta considerando los altos beneficios que se obtienen de entrenar el espíritu, elemento que nunca falta entre los amantes del squash.